Tuesday, April 11, 2006

Antes de entrar a la clase donde íbamos a ver una película, en la cual me quedé profundamente dormida, estaba sentada en plena escalera donde todos ponen esa cara de disgusto disimulado cuando tienen que pasar por ahí.
Un compañero me preguntó si yo iba al baleduc. Le respondí que nunca había ido, pero que sabía cómo era y dónde quedaba.
Tenís pinta de ir, insistió. Y yo que estaba sentada apoyada de la pared lo miraba y pensaba, este weon tiene más pinta de ir porque tiene las pestañas más crespas que yo y ocupa ropa más apretada. Además, apuesto a que le tiene ganas al F, lo está mirando raro.
No sé si era sólo yo la que pensaba así o si el T y el F estaban en la misma. Debería ser porque habíamos quedado en salir de la galaxia por un rato.
El loco seguía con el interrogatorio. Sí, si he ido a ver a miranda, una sola vez.
Pensé que podrías haber ido al baleduc y a la blondie. Lo sospeché desde que te vi, me dijo.
Yo lo miraba y seguí con lo mismo, este weon se quiere puro tirar al F.
Después de ver la película y de que había terminado esa clase, nos sentamos en nuestros puestos de siempre, que quedan bien atrás. El T siempre intenta persuadirnos con que acá no se escucha nada y no se ve nada. El espíritu estudiantil se lo esta comiendo de a poco.
Cuando me estaba riendo de que la profesora de filosofía decía “excelente, muy buena exposición, gran trabajo” llegó este chico y nos dijo, deberíamos ir a la blondie o algo, hace tiempo que no carreteo. Sí, dale dijimos.
Cuando iba saliendo de clases me lo tope en la escalera, estaba saludando a una mina que tenía la parte de atrás del pelo de color fucsia, esa parte que todos se tiñen. La niña era bonita. Bajaron la escalera y se tomaron de la mano. Caminaron por la calle y yo también.
Si tuviera un poncho negro podría tener más actitud.
Tal vez iría a conocer el baleduc y dejaría de pasarme rollos raros. Pensando que la gente es y realmente nunca fue.
Mi radar está malo. No funciona.

Monday, April 10, 2006

La única gente que me puede caer bien hoy es la que me hable una hora sobre porqué son grosos los polerones con gorro.

*Canción del día: gepe - guinea.

Sunday, April 09, 2006

Estaba en medio del auto con una chica sentada encima de mí. Había otra al lado izquierdo, que comenzaba a llorar y que me decía que alguien le había tirado, sin querer, el copete en los pantalones y que gracias a eso tendría que faltar a clases, ya que le iba a dar fiebre.
En el asiento de adelante lloraba la Elisa después de haberse caído unas cinco veces mientras caminaba y llamaba al ex novio entre vomitos y llantos como todos solemos hacerlo. Nadie la miraba raro, como si de alguna extraña forma todos estuvieramos llorando con ella.
Yo miraba todo menos lo que pasaba afuera, me reía y la N me decía en el oído que el amor es una mierda, que enamorarse no vale la pena. Escuchaba y no sabía que decir, sí, es una mierda. No podía parar de reír, me sentía admiradora de mis propias historias, de las escenas que yo elegía para hacer resaltar lo que es la vida en un día como este. Algo así como marcar los puntos claves que te harían entender cómo es que funciona todo y nada a la vez.
El otoño y el invierno hacen presencia ilustre cagándome la vida. Las noches parecían ser poco frías y el pasto antes era menos húmedo. Solía moverme menos, dejar de hacer ese vaivén que hace que parezca esquizofrenica, perdida en las hojas que caen de los árboles. Entre colillas mal apagadas se acercan los perros callejeros para mendigar cariño a tristes adolescentes ebrios que hablan de la vida como si se supiera mucho de ella. Y si fueran las siete ya estaría todo oscuro y es ahí cuando nos perdemos de vista, al igual que los encendedores, y a nuestra conciencia forzada a algo que nunca entendemos.
De un día para otro empezamos a hablar de historias de amor y de pitos buenos y baratos. Uno comienza a tener números de teléfonos registrados y cuadernos escritos con lápiz pasta. Y te crees muy groso, piensas que eres importante porque estas en una plaza con una cerveza en frente, parece que es muy tarde y ya tu vieja no te llama por teléfono cada cinco segundos para saber qué estas haciendo.
Camino con el gorro del polerón puesto, con las manos en los bolsillos, diciendo que tengo frío. Esta imagen se me repite tanto como tu nombre, cuando aún estaba perdida dónde justo no hay que meterse.
Hay veces en que me pregunto como fue la adolescencia de algunos. Me gustaría saber si cantaron canciones rayadas, hip-hop en un paradero mientras uno se mueve raro, inventa estúpidos pasos. Me miro en el reflejo de las micros que pasan rápido y otras lento. Me creo estrella de rock sin público aparente. Sin espectadores delirantes como los que todos esperamos ser algún día para que alguien se enamore perdidamente de quienes somos.
Cuando la gente se comienza a ir y el lugar pareciese más grande, la luz se va de paseo y me inundo en el nuevo mundo, donde la gente habla más rápido, ríe más fuerte y te dicen te quiero, te amo a cada rato.
Las calles parecen el habitat perfecto para los automóviles, que van de aquí hasta allá y luego estacionan, cada vez que ponen la luz intermitente.
Los paraderos comienzan a quedar solos y yo en el centro de ellos, con los cordones desabrochados, pateando disimuladamente las colillas de cigarros, que fumaron personajes ya lejanos.
Hoy pensé que me iba a morir, mientras esperaba un número indicado. La dos cuatro cinco no pudo demorarse más.Vi como esa calle tan ancha, parecía no tener bordes. Y por un momento dejaron de pasar los autos y yo pensaba, por qué tenía que estar tan lejos de mi casa. Porqué tenía que mentir tanto. Pero como dice la canción, no me importaba morir. Me importaba que iba a morir en otro lado, no donde le dije a mi mamá que iba a estar.
Entonces todo pareció volver a girar en círculos, donde las vueltas parecen interminables.
Las luces de los autos, de las calles y de sus locales, comienzan a brillar más fuerte y todo se ve como si uno estuviese llorando. Duermo una hora y diez minutos en un viaje que no siento.
La felicidad sirve para llenarte de vacíos.

*Canción del día: air - remember.

Wednesday, April 05, 2006

Va a haber un día en que yo voy a cambiar. En que las cosas van a ser exactamente como deben ser y yo dejaré de hacer las cosas que hago hoy.
Dejaré de distorsionarme tan seguido y no echare de menos a la gente que ya no me quiere hablar.
Voy a aprender a escribir bien y seré la mejor nota de mi curso.
No llegaré a casa diciéndole a mi vieja que fue un 65 y que debo ir a celebrar un día martes con mis amigos nuevos.
”Una mierda de persona” eso decía la Quemi en ese video que hicimos este verano.
El verano que partió triste y con ganas de querer matarse, y no porque santiago parece una mierda con sol, tampoco porque di la prueba por segunda vez y subí como veinte puntos.
Este verano partió de mal en peor y terminó con un jockey menos y con todas las historias que tenía que tener para no recordar las otras cosas que hacen mal.
Me ha rondado tanto esa frase, "una mierda de persona" No sé si es por la forma en que lo decía o por la imagen denigrante que se ve en la pantalla.
Hubo un tiempo en que dije que no iba a mentir más. Que bueno que ya pasó ese tiempo y que hoy miento más que nadie.
La verdad es que me gusta sentarme en una vereda y tener frío y conversar las mismas cosas de siempre y mirar cualquier cosa menos con quien estoy hablando.
Viva la gente mala, porque los malos son los que ganan en las historias.
Una mierda de persona es aquella que hace las cosas a última hora.
Hace un mes, hace un año, hace demasiado tiempo que estoy inventando la forma para que el proceso de pescar la mochila e ir por los cuadernos tome menos de tres o cuatro horas.
¿Porqué me cae tan mal la vida? No tengo puta idea. Si pudiera ganar plata por cada vez que alego por algo entonces yo hubiera ido a ver pánico. Pero como las cosas no son como quisimos, no fui.
No me cae mal la vida sólo que a veces nos llevamos mal. Es como lo que le digo a mi vieja.
Mamá si lo que pasa no es que yo no te quiera, sino que simplemente no nos soportamos.


Canción del día: sunny day real state - in circles.

Sunday, April 02, 2006

Intenté de vivir más cosas en este tiempo que en toda mi vida.
Comencé a comprar más comida chatarra y a caminar más rápido.
Tomé la bicicleta para ir lejos, mucho más lejos que la última vez.
Deje la televisión y busqué mis propios programas.
Hable de todo y nada con mis nuevos y viejos amigos. Escuchamos las nuevas canciones y bailé las de antes cerrando los ojos, apretando los dientes, moviendo la cabeza y los pies.
Ya no quise mirar por la ventana y dejé de faltar a clases y aprendí a leer en la micro.
Tomo más lento y sólo hasta que veo doble.
Me pude matar y volver a saltar como si nada hubiera pasado, porque fui más loca y más tonta y más feliz cuando hablaba fuerte sobre lo mismo.
Al otro día, otros días hice que todo me importara y me aprendí mi nombre de memoria y mi número de teléfono.
Mastique chicle más rato y deje las preguntas estúpidas, cambie las canciones tristes y no lloré más con las películas de la tele.
Quise ser parte de todas las historias, todo con tal de que fueran mías y ya no nuestras.

 
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