Estaba en medio del auto con una chica sentada encima de mí. Había otra al lado izquierdo, que comenzaba a llorar y que me decía que alguien le había tirado, sin querer, el copete en los pantalones y que gracias a eso tendría que faltar a clases, ya que le iba a dar fiebre.
En el asiento de adelante lloraba la Elisa después de haberse caído unas cinco veces mientras caminaba y llamaba al ex novio entre vomitos y llantos como todos solemos hacerlo. Nadie la miraba raro, como si de alguna extraña forma todos estuvieramos llorando con ella.
Yo miraba todo menos lo que pasaba afuera, me reía y la N me decía en el oído que el amor es una mierda, que enamorarse no vale la pena. Escuchaba y no sabía que decir, sí, es una mierda. No podía parar de reír, me sentía admiradora de mis propias historias, de las escenas que yo elegía para hacer resaltar lo que es la vida en un día como este. Algo así como marcar los puntos claves que te harían entender cómo es que funciona todo y nada a la vez.
El otoño y el invierno hacen presencia ilustre cagándome la vida. Las noches parecían ser poco frías y el pasto antes era menos húmedo. Solía moverme menos, dejar de hacer ese vaivén que hace que parezca esquizofrenica, perdida en las hojas que caen de los árboles. Entre colillas mal apagadas se acercan los perros callejeros para mendigar cariño a tristes adolescentes ebrios que hablan de la vida como si se supiera mucho de ella. Y si fueran las siete ya estaría todo oscuro y es ahí cuando nos perdemos de vista, al igual que los encendedores, y a nuestra conciencia forzada a algo que nunca entendemos.
De un día para otro empezamos a hablar de historias de amor y de pitos buenos y baratos. Uno comienza a tener números de teléfonos registrados y cuadernos escritos con lápiz pasta. Y te crees muy groso, piensas que eres importante porque estas en una plaza con una cerveza en frente, parece que es muy tarde y ya tu vieja no te llama por teléfono cada cinco segundos para saber qué estas haciendo.
Camino con el gorro del polerón puesto, con las manos en los bolsillos, diciendo que tengo frío. Esta imagen se me repite tanto como tu nombre, cuando aún estaba perdida dónde justo no hay que meterse.
Hay veces en que me pregunto como fue la adolescencia de algunos. Me gustaría saber si cantaron canciones rayadas, hip-hop en un paradero mientras uno se mueve raro, inventa estúpidos pasos. Me miro en el reflejo de las micros que pasan rápido y otras lento. Me creo estrella de rock sin público aparente. Sin espectadores delirantes como los que todos esperamos ser algún día para que alguien se enamore perdidamente de quienes somos.
Cuando la gente se comienza a ir y el lugar pareciese más grande, la luz se va de paseo y me inundo en el nuevo mundo, donde la gente habla más rápido, ríe más fuerte y te dicen te quiero, te amo a cada rato.
Las calles parecen el habitat perfecto para los automóviles, que van de aquí hasta allá y luego estacionan, cada vez que ponen la luz intermitente.
Los paraderos comienzan a quedar solos y yo en el centro de ellos, con los cordones desabrochados, pateando disimuladamente las colillas de cigarros, que fumaron personajes ya lejanos.
Hoy pensé que me iba a morir, mientras esperaba un número indicado. La dos cuatro cinco no pudo demorarse más.Vi como esa calle tan ancha, parecía no tener bordes. Y por un momento dejaron de pasar los autos y yo pensaba, por qué tenía que estar tan lejos de mi casa. Porqué tenía que mentir tanto. Pero como dice la canción, no me importaba morir. Me importaba que iba a morir en otro lado, no donde le dije a mi mamá que iba a estar.
Entonces todo pareció volver a girar en círculos, donde las vueltas parecen interminables.
Las luces de los autos, de las calles y de sus locales, comienzan a brillar más fuerte y todo se ve como si uno estuviese llorando. Duermo una hora y diez minutos en un viaje que no siento.
La felicidad sirve para llenarte de vacíos.
*Canción del día: air - remember.
7 Comments:
teni razón q a veces uno no sabe qué postear... así q me remito a decirte q encuentro q escribi super bien, como q haces interesante lo cotidiano y lo subjetivo...
chaa q bonito me quedó, ni q estudiara literatura!
10:31 AM
we are the sleepyheadss
6:13 PM
prefiero ser anónimo asi no tengo que llenar páginas ni nombres total demás qeu me entendís japidead. cuidate. la felicidad hay qeu inventarla mejor.=*
7:32 PM
oye carla,
dónde queda el chocolate?
digo
la impresora?
:*
2:33 PM
irc era bacán
7:16 PM
pucha es bacán porque es super cotidiano y nada lo dices con pantalla. así nomas. me gusta
8:06 PM
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11:49 AM
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